martes, 20 de diciembre de 2011

Y llegó la subida

Aquella carrera ser preveía dura, no solo por el trazado sino porque llegaba bastante mermado por el cansancio de los días previos a la carrera. En recorrido de 10K era plano en su gran mayoría pero 2K de ascenso continuado la diferenciaba del resto de pruebas.

Como digo el cansancio y el dolor de piernas estaban presentes en mi, había entrenado los 2K de subida y aún habiéndola realizado tres veces me parecía difícil de tratar. Realicé un concienzudo calentamiento, el más completo realizado por mi. Consistió en estiramientos y un par de quilómetros de trote. Una vez terminado realizé unas pruebas de los últimos 500 metros ya que la carrera terminada en una subida y quería probar la dureza de esa última curva antes de adentrarme a la recta de meta, quería estudiarla para para dosificar fuerzas durante la prueba.

 
 Tenía el presentimiento de que mi tiempo no iba a ser el que yo quisiera y el duro calentamiento me pasarían cuentas. Ya en la salida pensaba como tratar el trazado, los cuatro kilómetros urbanos planos los dos de subida uno de bajada y el resto urbano de nuevo plano con la subida final. Pero esta vez la espera en la salida se hizo más llevadera al reencontrarme con un compañero de la infancia que tras unos minutos de saludos y resumen de la vida nos deseamos suerte y comenzamos la carrera. Fue discernido hasta que el grupo salió, los primeros quilómetros fueron fáciles, tal vez con un ritmo bueno pero siempre hay que reservar fuerzas para la subida.


Enfilamos la subida a la montaña de San Muç y se notó la dureza desde los primeros metros. No era una subida extrema de esas que tienes que subir caminando como si de unas escaleras se tratase pero se oían entre la música que a muchos nos acompaña los jadeos de todos los corredores. Casi gritos espartanos fuimos subiendo esos dos quilómetros sin descanso hasta llegar a la cima.
Después se encontraba la bajada y sus primeros cien metros no son los metros de bajada que uno desea. Esos metros eran para dejarse llevar, se desgastaba más fuerzas frenando que bajándola a gran velocidad. Por ello debíamos guardar algo más de energía en la dura subida para realizar esa primera bajada.


El resto del quilómetro era una bajada suave que permitía recuperarse de la subida y conseguir un buen ritmo. Llegábamos de vuelta al centro de la ciudad y nos volvían a envolver los vecinos que nos aplaudían a nuestro paso dándonos ánimos. Llegado a la subida final y me pareció mas fácil de lo que en si era, seguramente esos últimos 4K me habían servido para recuperarme y tracé la curva y las dos rectas a una buena velocidad hasta la meta.


El crono se paró en unos 51:15, volvía a la marca de mi primera carrera pero esta vez era mas dura que la Sant Silvestre y que la Mercé que es practicamenta plana y apenas 25 segundos de diferencia. La dureza y el cansancio me hizo salir satisfecho de esa carrera a diferencia de la anterior aunque en ninguna rebajé los 50 min.


Ya puestos en el nuevo objetivo, la quinta carrera será la Sant Silvestre de nuevo, con una variación de recorrido posiblemente menos exigente me permita por fin rebajar los 50 min (5 min/km) y quien sabe si los 48min que me propusieron para la Merçé.

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