Lo más difícil no es empezar a correr sino volver a empezar. Es un paso difícil de dar en caso de haber pasado por una lesión. El miedo a recaer o el intento de recuperar el tiempo perdido pueden ser nuestros lastres y quien nos impida ponernos en forma.
Si hemos estado en el dique seco durante un tiempo, lo más importante es tomárselo con calma, ir despacio y con buena letra, sin precipitarnos. Los errores más comunes en estos casos suelen ser el volver antes de hora, pensar que ya no nos duele o nos duele poco y querer regresar sin estar preparado, en estos casos lo que hacemos es retroceder en el tiempo de recuperación, volvemos a recaer por lo que se ha de tener claro que a la mínima molestia debemos desestimar el esfuerzo físico que estamos o deseamos realizar.
Los comienzos son duros por eso el tomárselo con calma, para que la recuperación de la tonificación, la resistencia y nuestra velocidad se realice correctamente y sea efectiva, es muy importante. Hemos de saber que el primer día no tiene nada que ver con nuestra última sesión, que seguramente hayan pasado bastantes días.
Ser esclavo de las estadísticas es el otro motivo que puede perjudicar nuestro retorno, el mantener la calma y progresar con tranquilidad son esenciales, no fijarse una distancia sino un tiempo, no fijarse una velocidad. Al igual que los que se inician deben marcarse una meta en tiempo, 5, 10 minutos, y si podemos, hacer varias series, y así progresivamente, una vez esta etapa se ha superado la siguiente es marcarse la distancia, en la que podemos hacerla en varias series y una vez ya hemos superado esta segunda etapa miraremos la velocidad, en ese momento seguramente ya volvamos a estar como aquella última sesión. Este proceso puede durar entre un mes o cinco dependiendo de nuestra condición fisica, el tiempo que hayamos estado parados o la memoria que haya adquirido nuestro tiempo de deportista con el paso del tiempo.
A nadie nos gusta ver que los números no son los de antes, que hemos vuelto atrás, que cuando corremos con los amigos o en carreras, vamos detrás de quien antes superabamos. Pero todo es un proceso que el día de mañana volverá a la normalidad, habremos perdido la primera batalla pero quedarán muchas que si lo hacemos bien volveremos a ganar.
Los primeros días son duros, primero porque comparamos números y no debemos, pero si somos fuertes y tomamos un ritmo adecuado que no sobrepase la pauta de nuestra recuperación lo superaremos, después vendrán la rigidez y la carga de la vuelta a la rutina y el cansancio al que no debemos llegar porque significará que hemos forzado demasiado y cargaremos de nuevo nuestras piernas con la posibilidad de recaer y volvernos a lesionar.
Finalmente si nos guiamos por el tiempo podremos adquirir el ritmo adecuado de entrenamiento sin llegar al cansancio e ir mejorando hasta empezar por las primeras marcas de kilometraje, no superiores a 5K aunque pueda parecer una marca asequible. Nos tenemos que fijar como un ritmo el que nos permita mantener una conversación, ya sea a 4min/km o a 6, ya que el ritmo será lo que progresará poco a poco pero nos devolverá con el paso de los meses a la normalidad.
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