martes, 14 de junio de 2011

El dique seco y sus niveles

Estar en el dique seco es una de las peores partes del deporte. Para un deportista es una fustración no poder realizar lo que más le gusta, tener esas ganas de salir a correr, de subirse a la bici o ir al gimnasio a entrenarse y verse mermado por algún problema.

Considero que cuando uno está en el dique seco pude encontrarse en dos fases, o dos niveles como los llamaría yo. En el nivel 2 nos encontramos en una situación extrema. Es esa que tras una lesión o una operación, proveniente de una lesión tal vez, necesitamos reposo total o parcial. Debemos estar en cama o inmovilizados, ello no nos permite ni caminar por lo que hacer deporte. Es duro pero no queda más que resignarse y esperar el tiempo necesario para empezar la rehabilitación. Pensando en positivo y tomándolo con tranquilidad el nivel dos será superado con óptimos resultados y podremos entrar en la rehabilitación para estar en plenas condiciones.

En el nivel 1 es el menos problemático pero mentalmente el más duro. Es en aquel que podemos hacer vida diaria, caminar, e incluso dar alguna zancada. Pero al poco rato nos surge el dolor de una lesión. Este nivel podemos contemplarlo antes o después del nivel 2. Ya sea que salimos o entramos de una lesión.

Lo mas duro mentalmente es querer y no poder. Ves que puedes caminar que nada te molesta que puedes comenzara correr o dar unas vueltas en la bicicleta pero al cabo de un rato la moral se viene abajo en forma de molestias o incluso dolores.

Lo positivo de estos dos niveles es que siempre se llega al nivel 0, tras un descanso o rehabilitación nos podremos poner en marcha de nuevo y volver poco a poco al ritmo y nivel físico que teníamos antes. Siempre hay un final del túnel, aunque el túnel sea largo no hay que perder la esperanza porque sin darnos cuenta o cuando menos nos lo esperamos estamos de nuevo en marcha y a tope

viernes, 10 de junio de 2011

Las lluvias cierran el camino


A las puertas del verano, cuando llega el buen tiempo son muy comunes los días de sol y lluvias, esos días en los que en cuestión de minutos pasamos del sol a la lluvia y de la lluvia al sol. Los días de intenso calor vienen precedidos por cortas pero intensas lluvias tropicales.

Si estas acostumbrado a correr por las zonas verdes aisladas en la ciudad habrás comprobado el cambio que en pocos días produce este fenómeno en la vegetación. El primer problema que nos encontramos en los días posteriores a las pequeñas lluvias es que en poco tiempo la tierra se seca pero no por completo, así que confiados de que esta todo seco nos adentramos en el bosque para practicar nuestro deporte favorito y nos encontramos que algunas zonas aún están húmedas.

Si estas han sido pisadas o rodadas por alguna bicicleta lo mas normal es que le sea mas difícil secar la pequeña charca creada y tengamos que adentrarnos en el fango llevándonos algún que otro kilo de más en nuestras zapatillas que ara molesto nuestro entrenamiento.

Otro problema que nos encontramos es en las zonas donde el camino se estrecha y tan solo queda un pequeño paso para una persona acompañada por la vegetación. Como he dicho antes el bosque se transforma, la flores y sobre todo el césped crece, con ello la mayoría de plantas, la maleza que nos iremos encontrando a nuestro paso cortándonos el paso parcialmente, ramas, espinas y otras plantas nos dificultará y estrechará el paso.

No duelen, siempre y cuando no nos llevemos algún que otro arañazo si la maleza es espinosa, pero el atravesar las malezas, como si de una penitencia se tratara, nos irá golpeando las piernas como pequeños látigos, posiblemente haciendo perder la concentración o el ritmo. El problema posterior viene en forma de cosquillas o picor en las piernas que nos acompañará el resto del camino aunque hallamos dejado atrás la zona verde o el camino se haya ampliado.Tendremos la sensación que mosquitos o insectos nos rondan las piernas.