viernes, 23 de julio de 2010

Correr como autoayuda

En el mundo del atletismo o mejor dicho cuando solemos correr, también llamado running siempre llevamos con nosotros el lema de "correr nos hace libres". Y es cierto cuando vamos a correr sea donde sea, sobre todo por el campo o por el bosque nos sentimos libres, el camino se estrecha pero la sensación de bienestar aumenta. Porque el bosque nos protege, nos cubre en días soleados dándonos sombra y purifica el ambiente.

Para mi correr es como un libro de autoayuda, escrito a medida por nosotros que va dirigido a nosotros mismo, exclusivamente. Y es que hoy en día la vida nos da muchos golpes, el estrés del trabajo sumado a lo poco que nos valoran nuestros jefes después de tantas horas de trabajo, el agobio del día, la sensación de perdida del espacio vital, los enfrentamientos en la carretera nos hace que digamos basta!

Un golpe en la mesa, un puñetazo, un grito es lo que se nos pasa por la cabeza en algunos momentos en los que el día puede con nosotros. Necesitamos desesperadamente desgastar esa energía y autocastigarnos para relajarnos. Cuando salimos a correr sobre todo a esa última hora del día en que oscurece y todo parece mas intimo, salimos a desgastar esa energía, controladamente, pero que nos libere de los problemas, nos haga olvidar o tal vez pensar.

Muchas veces correr puede llevar o lleva un paralelismo con nuestra vida, vamos por nuestra ruta diaria o favorita y pensamos: "hoy voy a superarme, voy a por un quilómetro mas" o en esas subidas o últimos esfuerzos te dices que podemos, que llegamos, que lo vamos a conseguir. Porque cuanto mas corremos mas nos cansamos, es la presión del esfuerzo pero cuantas mas veces lo hacemos mas preparado vamos, mejor nos sentimos y podemos afrontar las cosas o las pendientes con mas facilidad, es el mero hecho de sentirnos mejor con nosotros mismos, y cuando corres es lo que conseguimos.

Cuando corremos no solo pensamos en el paisaje que nos envuelve, ese bosque, esa ciudad que dejamos atrás o que tenemos en el horizonte, tan pequeña y distante, tan agobiante y tan tranquilo nuestro recorrido, también aprovechamos para ordenar nuestras ideas, mentalizarnos, buscar soluciones o animarnos. Porque podemos conseguir lo que nos propongamos, ya sea una subida fuerte, un propósito personal o algo que no consigamos en el trabajo. Buscamos solución a esos problemas, leemos nuestra propia autoayuda en nuestra soledad, con paisaje diferente al diario, al del trabajo, al de nuestra casa.

Más que pensar hablamos con nosotros mismo, nos analizamos y ordenamos nuestra vida. Nos damos ánimos y en la reflexión en la que nos sumergimos buscamos mejorar nuestro nivel de vida. Tanto en lo físico como en lo psíquico. Yo también pienso y ordeno mis pensamientos, mi vida, de ahí este texto en el que pensaba mientras corría casi de noche en el bosque, algunas zonas de oscuridad total. Al final del trayecto te permites sentirte mas libre aun mientras cierras los ojos y sientes el aire que te refresca en estas noches de calor. Ojo no nos caigamos por ir a ciegas pero nos sentimos bien, hemos conseguido un doble objetivo el de ayudar a nuestro cuerpo y nuestra mente.
Y volviendo hacia casa ya, tras salir del bosque mas relajado, esta oscuro pero las luces aún no iluminan la ciudad. Los coches iluminan como si de navidad se tratara las calles, te das cuenta que estas cansado pero estas mejor, estas relajado. Hemos conseguido un nivel más, el superar nuevos obstáculos y conseguir nuevos objetivos.

Porque la vida hay que disfrutarla, y que mejor que sentirnos mejor con nosotros mismos cada día.